CONVERSANDO CON CRISTINA LEYVA
HIPATIA Asociación Intercultural

CONVERSANDO CON CRISTINA LEYVA

"Yo, Clara. Tú, Malica", novela juvenil

Juana Ma. Fdez. Llobera | 2 feb 2025


“Yo, Clara. Tú, Malica”

Una novela juvenil de Cristina Leyva

Juana Ma.: Como sabéis, siempre voy en busca de nuevos libros sobre los que hablar, que me llamen la atención. Me encontré con ‘Yo, Clara. Tú, Malica’, que es una novela juvenil, que encontré interesante, razón por la cual quise hacer la entrevista a la Autora. Una vez leída la obra, la recomiendo, no sólo porque la historia me parece muy interesante, sino porque las descripciones me han parecido buenísimas, los personajes muy bien trabajados y definidos, además de un ritmo adecuado. 

Para comenzar, me gustaría que nos hablaras de ti, algo que siempre pido a las personas que entrevisto. Dónde naciste, dónde vives actualmente, cuándo nació en ti la necesidad de escribir, cómo decidiste hacerte cuentacuentos y todo lo que creas que sea importante para que nuestros lectores te conozcan.

Cristina: Hola, Juana, encantada de contarte, mil gracias por leer la novela y qué alegría que te haya gustado. 

Nací en Madrid hace 47 años y desde hace quince años vivo en un pequeño pueblo de Segovia, con mis dos hijas y mi marido. La escritura y la lectura siempre me acompañaron desde niña, me encantaba escribir poesías, las redacciones del colegio, pero todo lo que escribía lo guardaba para mí. Me he dedicado a los libros desde que empecé a trabajar como coordinadora de publicaciones, correctora y gestora editorial, pero no me lancé a escribir hasta que cursé en La Escuela de Escritores el itinerario de Literatura Infantil y Juvenil. Me cambió la vida contar con apoyo para escribir y con los magníficos profesores de la escuela. En el segundo año de curso, que debía dedicarlo a un proyecto, escribí Yo, Clara. Tú, Malica.

Mi pasión por la literatura infantil y juvenil venía de antes, sin embargo, cuando nació mi primera hija, hace quince años, y descubrí la literatura infantil y juvenil que todavía hoy me tiene totalmente atrapada. Cuando ella era pequeña empecé a hacer cuentacuentos y a conectar con la infancia a través de las historias. 

Vamos ahora con tu novela juvenil ‘Yo, Clara. Tú, Malica’. Cómo nació la idea de escribir esta novela. Qué fue lo que te impulsó a narrarla.

Lo que me llevó a contar historia de dos tiempos tan alejados fue un libro de Historia de Segovia en la prehistoria que corregí hace unos años. Me atrapó la idea de que los lugares en los que vivimos ahora fueran tan diferentes en tiempos anteriores. Me imaginé los mares que cubrían los prados que me rodeaban, los animales que recorrían las montañas, y esa historia prendió en mí. El presente y el pasado remoto unidos. Y la dejé reposar hasta que uní dos relatos que había escrito: uno de una chica que veranea en un pueblo actual, y otro el de otra chica que sobrevive a un incendio en la época del Paleolítico.

Nos encontramos dos mundos, el actual, donde Clara está de vacaciones de verano con su abuelo en un pequeño pueblo de montaña, y el mundo de hace 43000 años, donde vive una mujer Neandertal llamada Malica. Un collar neandertal será el que las una.  Joya encontrada en un yacimiento que dirige la Paleontóloga llamada Leo. 

¿Cómo se te ocurrió la idea de que el collar las uniera facilitando un viaje a través del tiempo?

Los neandertales han sido injustamente tratados en cuanto a que se los ha considerado seres inferiores a los sapiens hasta hace muy poco. Pero las investigaciones han arrojado luz sobre ellos y, entre las cosas que ya se saben con certeza, es que contaban con un sentido estético que los sitúa entre los homínidos más avanzados. El collar tiene un especial significado para entender que los neandertales eran humanos muy similares a los sapiens, en cuanto a su aspecto simbólico, y además es una pieza muy atractiva y que da mucho juego literario para unir los dos mundos. 

La música está presente a lo largo de toda la novela. De hecho, al final de la misma, podemos encontrar en la solapa de la contraportada, un código QR, que te dirige al lugar donde podrás escuchar la lista de reproducción de ‘Yo, Clara. Tú, Malica’. Entiendo que para ti es muy importante la música. ¿Qué puedes contar a nuestros lectores al respecto?

Sí, es cierto que para mí es muy importante la música en mi vida diaria y siempre escribo escuchando la “banda sonora” del libro que estoy escribiendo. En este caso, la música sirve para darle más profundidad al personaje de Clara, y por eso he escogido grupos que no están muy cerca de los que suelen escuchar los adolescentes hoy en día, pero que hacen de la protagonista una chica especial y diferente. 

En la segunda novela que voy a publicar a lo largo de 2025, los protagonistas montan un grupo de música, así que, sigo con la música, pero dándole todavía más protagonismo. 

El Amor tampoco falta en esta novela. Se forma una pareja en el momento actual y otra en el tiempo en que vive Malica. Ambos pasan por una serie de dificultades, tanto Clara con Kebe, como Malica con Markom. ¿Qué fue lo que te llevó a plantearte dos historias de amor, cada una en un momento distinto de la historia del mundo? ¿La de Malica tiene que ver con que así puedes entrar a hablar de las dos especies diferenciadas de Neandertales y de Homo Sapiens, o Prindaks, como los llama Malica?

Tal vez la adolescencia es el periodo en el que vivimos más intensamente todo y el amor suele ser un motor clave en una época de muchos cambios e incertidumbres. Por eso le doy relevancia en la novela, tanto en el mundo presente como en el pasado; el amor como motor de cambio, de solidaridad, de aprendizaje, de acción… La historia de Markom y Malica, además, tiene un componente especial, simboliza la permanencia de los neandertales. En la novela doy una explicación, esta vez totalmente ficcionada, de la desaparición de los neandertales, a través de esa imposibilidad de que sus hijos nacieran vivos. También en la historia de Kebe y Clara el amor sirve para avanzar, es el motor para que Kebe salve a Clara, para que Clara encuentre fuerzas cuando las necesite en el mundo neandertal. 

En el mundo actual, aparte de a Clara y a su abuelo, encontramos a Kebe, el chico del que se enamora Clara; Nere, su amiga; Mario, el guía que los lleva al yacimiento; Leo, la Paleontóloga directora del yacimiento y Emilia, una mujer viuda con la que sale a menudo el abuelo de Clara, que también es viudo. Cada uno de ellos es importante para poder contar adecuadamente la historia. ¿Cuál de esos personajes te costó más integrar en la historia? 

La verdad es que todos ellos surgieron de una manera muy orgánica. Algunos casi no tienen relevancia o aparecen para que la historia u otro personaje cobre más sentido, y otros son muy importantes, como el abuelo, Kebe y Nere, que forman parte de la vida de Clara y son determinantes en la historia. Tal vez el personaje de Leo y los paleontólogos fueron los que más me costaron encajar. 

En el mundo de hace 43000 años, encontramos muchos más personajes, pues hayamos los correspondientes al grupo de Malica, neandertales, y luego está el de los sapiens. Podemos encontrar, por ejemplo, a Mantum o Barik, que son los hermanos de Malica. Podemos encontrar en el grupo de sapiens, a Marl, la mujer mayor; Sarria, una mujer embarazada; Lumpa, la madre del bebé; Kresia, la madre de los niños; Markom, el joven apuesto; Velt, al que Clara apoda ‘el Tuerto’; Truck, el bajito, etc. ¿Cuál de todos los personajes de este periodo de tiempo te resultó más difícil crear y cuál fue la razón?

Creo que la complicación venía de que eran muchos personajes y tenía que dejar algunos de lado y darle más importancia a otros. Cómo encajar tantos personajes y darles su espacio al mismo tiempo y que el lector no se perdiera, buscar alguna característica única que los hiciera reconocibles, diferenciar bien a los sapiens de los neandertales, esos fueron los retos. 

Es una novela donde las descripciones tienen mucha importancia, algo que se te da realmente bien. Pongamos un ejemplo para que los lectores puedan apreciarlo:

‘ Hasta que el sol comenzó a descender por occidente nos quedamos allí sentados, en silencio, admirando el lejano horizonte y el mar perlado por los destellos del sol. Imaginé que cruzaba aquellas aguas con un pequeño barco a vela y recalaba en otras tierras salvajes’.

Me da la sensación de que conoces muy bien el lugar donde sucede la historia, para poder describir todo con tanto detalle. ¿Nos puedes hablar de ello? 

Yo vivo pegada a un bosque y a las montañas. Cuando era pequeña, veraneaba en el pueblo en el que ahora vivo, y siempre he sido muy sensible a la belleza de la naturaleza. Me costaba volver a Madrid y deseaba regresar a la casa del pueblo y respirar el olor de las lilas y ver la montaña cambiante y espectacular cada mañana, el rumor de los árboles… 

No quiero desvelar más de la historia para que el lector tenga las sorpresas que yo tuve al leerla. Solo una última pregunta respecto a la novela. Te tuviste que documentar mucho sobre los neandertales y los sapiens de hace 43000 años. ¿Cómo fue esa etapa? ¿De dónde sacaste tanta información? No solo por lo que hablas de los animales que existían en la época, sino por las costumbres distintas de ambos.

Sí, el proceso de documentación fue extenso. Además de bibliografía sobre el Paleolítico Superior, los neandertales… en mis viajes a Ávila (allí trabajaba en una editorial) iba siempre escuchando pódcast del Museo de la Evolución, del Arqueológico, conferencias de los paleontólogos expertos. Hay muchos detalles de la novela que tenía que escribir y en cada paso encontraba un reto: la fauna, la flora, las costumbres, el clima, las estrellas… He procurado tener en cuenta las últimas investigaciones, aunque es cierto que las teorías van cambiando rápidamente y es fácil que queden obsoletas con nuevos hallazgos. Juan Luis Arsuaga fue para mí un referente en el proceso de documentación y una inspiración inmensa, al igual que el libro Neandertales, de Rebecca Wragg Sykes. También viajé a yacimientos, visité cuevas, Atapuerca varias veces, el Valle de los Neandertales… 

Me gustó mucho la ilustración de la cubierta, que está realizada por Marina Rodas, ¿conocías a la ilustradora antes de que llegase el libro a la Editorial Hilatura?

No, la verdad es que no la conocía, la idea fue de las editoras. Han hecho un trabajo maravilloso con la novela, de una delicadeza y una profesionalidad exquisitas, además de la elección de Marina, que es una ilustradora fantástica y fue un verdadero placer trabajar con ella.

¿Nos puedes hablar un poco de tus obras anteriores? ¿De qué tratan? 

He publicado un álbum ilustrado infantil junto a la ilustradora Rocío Martínez: ¡Niña nueva en el parque! para el sello La Estrella Azul, que está especializado en narrativa relacionada con el autismo. La historia que cuento en el libro es universal, una historia divertida y tierna de amistad entre un niño y una niña muy diferentes que tienen que comprenderse y aceptarse para ser amigos. El trabajo con Rocío, que es una grandísima ilustradora y muy generosa, fue fantástico. Un privilegio.  

Ahora estoy esperando a que se publique la segunda novela juvenil, ya en mano de la editorial (no puedo todavía avanzar nada) y escribiendo la tercera, ambas también juveniles. 

Narras cuentos en un canal denominado ‘Cuentos por teléfono’. ¿Puedes decirnos en qué consiste más concretamente y cómo nació?

Nació en la pandemia. Cada día del confinamiento grababa un cuento de mi biblioteca y se lo mandaba a los hijos de mis amigos. Tuvo bastante éxito, así que lo publiqué en un blog y, desde que finalizó el confinamiento y hasta hoy se puede escuchar en el canal Cuentos por Teléfono (Spotify), en el que ya solo grabo mis propios cuentos.

Para terminar, me gustaría que nos dijeras algo que te gustaría que te hubiera preguntado y cuya cuestión no he formulado. 

Me gustaría hablar de algo que me llevó a escribir la novela: viajar al pasado siempre es un aprendizaje, pero viajar a la prehistoria, conocer a los humanos que habitaban el planeta en aquel tiempo, esos humanos poderosos y respetuosos con la vida que les rodeaba, que eran uno solo con el entorno, que eran príncipes, como dice Arsuaga, nos tiene que hacer reflexionar sobre nuestro presente. Hemos vivido muchísimos más años como cazadores recolectores que como vivimos ahora, tenemos en nuestros genes a esos príncipes que fuimos, y creo deberíamos rescatarlos. Y no se trata de idealizar el pasado, pero lo que sí se sabe es que los sapiens y neandertales vivían vidas que seguro merecían la pena ser vividas. 

                                                        Juana María Fernández Llobera

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