ELEGÍA A LA ESFINGE DE GIZEH POR ALBERT SAMAIN
HIPATIA Asociación Intercultural 
icono de búsqueda de contenidos
HIPATIA Asociación Intercultural

ELEGÍA A LA ESFINGE DE GIZEH POR ALBERT SAMAIN

Columna de Juana María Fernández Llobera

Juana Ma. Fdez. Llobera | 5 jul 2024


Elegía a la esfinge de Gizeh por Albert Samain

Como bien expone mi compañero (Palou-Bosch, LA BELLA ESFINGE, viahipatia.es, 20-06-2024), Albert Samain es un poeta simbolista francés. Para entender su obra, tenemos que adentrarnos en el simbolismo, que fue uno de los movimientos literarios más importantes de finales del siglo XIX. Tiene su origen en dos países: Francia y Bélgica.

¿Por qué surgió? Como ocurre en muchos movimientos, surgió como reacción en contra de dos posturas literarias que fueron, en este caso, el naturalismo y el realismo, así como los movimientos anti-idealistas que exaltadan la realidad cotidiana por encima del ideal. El rechazo produjo lo contrario: los simbolistas exaltaban la espiritualidad, la imaginación y los sueños. El primer escritor en reaccionar fue Charles Baudelaire. Albert Samain, a comienzos de la década de los años 1890, fue influido por Baudelaire, evolucionando hacia una poesía más elegiaca. Recordemos que la actitud elegíaca consiste en lamentar aquello que se pierde: como puede ser un ser querido, la vida, la ilusión, etc.

Baudelaire fue el punto de partida de movimientos como el parnasianismo, el decadentismo, el modernismo y el simbolismo.

Los simbolistas se separaron del parnasianismo porque no compartían la devoción de ellos por el verso perfecto. Ellos desarrollaron un modelo de verificación más libre. Pero sí que acogieron de ellos, tanto los juegos de palabras, como la musicalidad de los versos, así como el lema de Théophile Gautier del “arte por el arte”.

Desde el punto de vista de las formas poéticas, la principal contribución de Albert Samain fue la invención de una especie de soneto de quince versos. Sirva de muestra el poema que hemos elegido. Recordemos que el soneto es una composición poética compuesta por catorce versos de arte mayor, endecasílabos en su forma clásica. Los versos se suelen organizar en cuatro estrofas: dos cuartetos (estrofas de cuatro versos) y dos terceros (estrofas de tres versos), con rimas variables. El modelo del poema elegido, es ejemplo de versificación más libre que el soneto clásico. Para poderlo analizar correctamente, en toda su dimensión, tendríamos que hacerlo en el idioma original.

El simbolismo utiliza el lenguaje literario impregnado de misterio y misticismo. En el poema, vemos que se nutre de los mitos que surgen en torno a las esfinges egipcias, que se construyeron en honor a faraones y faraonas. En este caso, el poeta ha elegido la efigie que retrata al faraón Quefrén. Ve la efigie como testigo del paso del tiempo, de todos los acontecimientos que han acaecido desde que se hiciera hasta el momento en que se escribió el poema. Lo utiliza como símbolo de eternidad, al no haber sucumbido al paso del tiempo.

J.M.F.Ll.

Temas relacionados:

Opiniones de este contenido

Esta web se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier contenido generado en los espacios de participación en caso de que los mensajes incluyan insultos, mensajes racistas, sexistas... Tampoco se permitirán los ataques personales ni los comentarios que insistan en boicotear la labor informativa de la web, ni todos aquellos mensajes no relacionados con la noticia que se esté comentando. De no respetarse estas mínimas normas de participación este medio se verá obligado a prescindir de este foro, lamentándolo sinceramente por todos cuantos intervienen y hacen en todo momento un uso absolutamente cívico y respetuoso de la libertad de expresión.




 No hay opiniones. Sé el primero en escribir.


Escribe tu comentario
* Datos requeridos
Título *
Contenido *
Tu nombre *
Tu email *
Tu sitio web