LA BELLA ESFINGE

LA BELLA ESFINGE

Albert Samain (1818-1900), poeta simbolista francés, influenciado por Baudelaire, inventor del llamado soneto de quince versos, dejó escrito una especie de elegía a la gran escultura de Egipto que parece surgir del arenoso desierto: la famosa gran Esfinge de Guiza. Se intenta, modestamente, aquí versionar su texto:

"La esfinge se encuentra sola en el horizonte,

que vibra incandescente;

se alza la enorme escultura

de rastro femenino.

Más de cien siglos

llevan sus labios sellados,

guardando el misterio

de la gran ley del destino.

De cuanto existió

desde el día que vio su nacimiento,

la orgullosa esfinge

no puede evitar enseñar su ancianidad;

y cierta brisa de sabiduría,

como aura que protege la imagen,

casi hace vacilar al soñador curioso,

al observador sobrecogido.

La sombra de la historia

se cobija al espectro de la gran forma,

sentada ésta sobre el cúmulo de siglos transcurridos;

siempre inmóvil al sol y al viento,

sus pechos permanecen inhiestos,

sin humillar jamás sus ojos abstraídos;

y sueña, y acaso espera..."

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