LA MUSA TEATRAL DE LORCA
Margarida Xirgu comenzó su carrera como actriz de teatro en los ateneos populares de Barcelona. Trabajó con Pérez Galdós, Valle-Inclán y Alberti, pero cuando descubrió a Lorca, formó un dúo mágico y estrecho con el dramaturgo y poeta. La actriz catalana se convertirá, con el tiempo, en una de las actrices principales de Federico García Lorca, y una de las actrices que más obras suyas representó, desde “Maria Pineda” en 1927, en Barcelona, con decorados de Salvador Dalí, siguiendo con “La zapatera prodigiosa” en 1930, en el Teatro Español de Madrid, viniendo después “Yerma” en 1934, en el Teatro Español de Madrid, y otras, como “Doña Rosita la soltera”, hasta llegar a la representación póstuma de “La casa de Bernarda Alba”. Como se sabe, dicha obra fue terminada el 19 de junio de 1936, dos meses antes de ser el poeta asesinado a manos de los fascistas.
En una entrevista que se le hizo a Lorca por Rafael Moragas, a consecuencia del estreno de “Maria Pineda”, que he extraído del libro “Palabra de Lorca-Declaraciones y entrevistas completas”’ el poeta, cuando le preguntan si está contento con los ensayos, contesta en relación a la actriz:
“— No puedes imaginarlo—nos dice—. Tú no sabes qué colaboradora ha sido para mí Margarita. Aquellas obras que la mayoría de las empresas protestan y que a muchas actrices escandalizan por la razón de que rompen moldes, a Margarita Xirgu le entusiasman. Ya la oirás vivir esta <<Mariana Pineda>> y te asombrarás dando la imprecisa sensación de una vida anterior, heroica y amorosa. Ya ves tú si lograr eso es difícil… Pues bien; esta Margarita que sabe llegar a los recuerdos indefinidos, en el final de la obra, cuando le indican que el patíbulo va a ser su fin, expresa tan extraños sentires, que le hacen dudar a uno de si aún existe <<María Pineda>> en el mundo”.
¿Cómo se hicieron amigos Lorca y Margarida Xirgu?
Aunque la amistad comienza en 1926, Lorca ya la había visto en 1915, cuando la actriz fue a Granada a representar “Elektra” como parte de su gira por algunas ciudades de Andalucía. Asistió Lorca a uno de los ensayos programados, gracias a que su profesor de Literatura, Martín Domínguez Berrueda, los llevó. Allí nació la admiración de Lorca por ella. Ya en 1926, estando Lorca en la Residencia de estudiantes, le hace llegar a Margarida Xirgu un ejemplar de su obra “Mariana Pineda”. Lorca tenía ganas de que fuera ella la actriz que la estrenara. Se vieron en el Hotel Ritz, gracias a la actriz cubana Lydia Cabrera y a partir de allí, fue creciendo su amistad, logrando el dramaturgo que se estrenara de la mano de Margarida Xirgu en el teatro Goya de Barcelona en 1927, con decorados de su amigo Salvador Dalí.
Margarida Xirgu exhibió las obras de Lorca en diversos escenarios de Chile, Argentina, Uruguay y otros países latinoamericanos. La directora de la obra “La casa de Bernarda Alba” cuando fue estrenada en 1945 fue Margarida Xirgu, que representó a Bernarda, otorgando el papel de Angustias a Teresa Serrador; el de Amelia, a Teresa Pradas; el de Adela, a Isabel Pradas; el de Martirio, a Pilar Muñoz; el de María Josefa, a Antonia Herrera; el de La Poncia, a María Gámez; el de Luz Barrilaro, a Teresa León, entre otros. Los decorados fueron obra de Santiago Ontañón. Tras el estreno y gracias a su éxito, la obra se mantuvo varios meses en cartelera. El estreno exitoso de la obra también motivó que se editara la obra en la colección Biblioteca Contemporánea de la editorial Losada.
El 14 de abril de 1945, hubo una función extraordinaria, en homenaje a la proclamación de la Segunda República. “España Republicana”, que fue el órgano de prensa del Centro Republicano español de Buenos Aires, el 21 de abril de 1945 solicitó a sus lectores un aporte de diez centavos para que la “Comisión de Homenaje a la Memoria de García Lorca” adquiriera una placa conmemorativa para colocarse en el vestíbulo del Teatro Avenida. El homenaje pudo ser llevado a cabo el 10 de mayo del mismo año.
La última representación que hizo Margarida Xirgu de la obra “La casa de Bernarda Alba” fue en 1958, en el Teatro Nacional Cervantes de Buenos Aires. Otra de las actrices presentes en esa representación era Milagros de la Vega. Margarida recibió la obra en enero de 1945 gracias a Julio Fuensalida, amigo de la familia García Lorca, que estaba autorizado por la misma para que entregue la obra a Margarida, ya que Federico García Lorca la había escrito para ella. Ella deseaba un personaje completamente distinto, opuesto, a Doña Rosita, de la obra de Lorca “Doña Rosita la soltera” y así se lo hizo saber a Federico.
¿Qué sabemos de esta obra? Vamos a desgranarla un poquito para poder entenderla.
¿En quién se inspiró el dramaturgo para crear el personaje de Bernarda Alba?
En una vecina que se llamaba Francisca Alba Sierra.
¿Cuántos actos tiene la obra?
La obra tiene tres actos (partes bien diferenciadas de introducción, desarrollo y desenlace). Lorca sitúa la historia en la sociedad rural de la España de principios del siglo XX.
En la primera parte (introducción), hay una exposición de la situación. Se presenta en esa parte a los personajes y se hace una localización espacio-temporal (toda la acción se produce en la casa de Bernarda). Bernarda vive en la casa con sus cinco hijas solteras. Comienza con la muerte del segundo marido de Bernarda (Antonio Benavides). Se expresa que ha muerto el marido y que Bernarda va a imponer el luto en la familia. Un luto exagerado, ya que pretende que sus hijas lleven atuendo negro durante ocho años y que no salgan de casa en ese periodo de tiempo. Bernarda es una mujer autoritaria y muy apegada a las convenciones sociales, razón por la cual decreta un luto de tanto tiempo
Desde que comienza la obra, el público percibe el drama porque ve a todas vestidas de negro. De hecho, las protagonistas de la obra visten de luto durante toda la obra. Hay un contraste con el blanco de la decoración, de las paredes. El blanco representa “vida” frente al negro que representa “la represión” y la “muerte”.
Bernarda tiene cinco hijas: Angustias, Martirio, Adela, Magdalena y Amelia.
La mayoría de las hermanas buscan la forma de huir de la opresión y tiranía de Bernarda a través de una carrera hacia el matrimonio, ya que ven que es la única forma de salir de allí. Se verá un enfrentamiento de todas ellas iniciado con la figura de Pepe el Romano, el hombre al que todas pretenden enamorar.
En la segunda parte (desarrollo), se anuncia la boda de Angustias con Pepe el Romano. A partir de este hecho, la tensión va creciendo. Magdalena difunde la noticia sobre Angustias y se comenta que quiere a Angustias por su dinero, ya que es la única rica de la casa por una herencia de su padre, aludiendo que esa es la razón porque Angustias ya tiene treinta y nueve años, es delgada y fea. También se muestra en esta parte la envidia entre hermanas, los amores y el misterio de las ventanas y los encuentros nocturnos. El momento álgido llega cuando se desvela que Adela y Pepe han mantenido una relación. Adela es la hija menor y la más rebelde. Lleva un abanico de flores rojas y verdes, además, se pone un vestido verde y sale a hablar con las gallinas. Adela es la verdadera amante de Pepe y a la que él realmente ama.
En la tercera parte (y última), se produce el desenlace, en el que vemos el suicidio de Adela cuando cree que su madre ha matado de un tiro a Pepe el Romano. Prefiere morir antes que vivir sin su amor y pasión por Pepe.
La obra tiene un subtítulo: “Drama de mujeres en los pueblos de España”. Los personajes son fundamentalmente femeninos. Hay hombres en la obra, cierto pero no aparecen en ella, no salen a escena, no hablan, solo se intuyen por lo que se va narrando.
En cada acto de la obra hay un clímax que mantiene la atención del público o del lector. Así, en el primer acto, el clímax lo aporta la súbita aparición de María José (la abuela de 80 años), perturbada, que expone en palabras los verdaderos deseos de sus nietas que no son capaces de formular, que son: huir de la casa, del dominio déspota de Bernarda, encontrar un hombre con quien poder casarse y vivir. El segundo acto acaba con una situación más dramática, ya que ya se conoce la aventura entre Adela (la hija menor de Bernarda) y Pepe. La hija de la Librada, tras dar luz a un bebé, cuyo padre se desconoce, lo mata. Una vez se descubre ese hecho, se forma un gran alboroto en el pueblo. Bernarda, ante ese hecho, grita que la maten, porque tiene que pagar por su pecado. Aún no conoce que tiene un problema parecido en su propia casa. Todos estos hechos aumentan la tensión. En el tercer acto, se llega al punto culminante cuando Adela se suicida porque cree que su madre ha matado de un tiro a Pepe el Romano. Pero nadie debe pensar nada vergonzoso, desea Bernarda. Somos testigos en ese momento de la moral hipócrita de Bernarda, que quiere que se piense que su hija ha muerto virgen.
¿Cómo y cuáles son los personajes principales?
Bernarda: la madre. Es una mujer de 60 años, de mentalidad tradicional, obsesionada por el <<qué dirán>> y la virginidad de sus hijas. Es muy déspota e hipócrita.
María Josefa: la abuela, madre de Bernarda. Es una anciana de 80 años. No está en sus cabales. Intenta escapar de su reclusión. Su obsesión es la maternidad, encontrar un hombre que la libere y poder alcanzar el mar. Aún así, es capaz de ver la rivalidad que existe entre sus nietas y la causa de dicha rivalidad. Habla sin tapujos.
La Poncia: trabaja sirviendo en la casa. Es una mujer de 60 años, pícara, irónica y muy perspicaz. Ve cómo está el ambiente y da consejos a las hijas de Bernarda.
Es un personaje muy importante en dicha obra, ya que es confidente de Bernarda, le cuenta múltiples cotilleos, pero no le habla claro de lo que piensa que va a pasar, de la tragedia que piensa que sucederá. Su actitud de desentenderse, de lavarse las manos, remite igual que su propio nombre, a Poncio Pilatos. Algunas veces contradice a Bernarda, a la que realmente odia.
Angustias: hija mayor de Bernarda. Hija del primer marido. Tiene 39 años. Ya mayor y sin más atractivos que la herencia que le dejó su padre, es la elegida como esposa por Pepe el Romano, debido a que es rica, lo que provocará envidias y celos entre las hermanas.
Magdalena: es la segunda hija de Bernarda. De 30 años. Por lo que se dice en la obra, era la única que quería al padre. En ocasiones parece sincera y compasiva, pero también hace desagradables comentarios. Su abuela no duda en insultarla.
Amelia: es la tercera hija de Bernarda. De 27 años. Es la que se muestra más resignada. Es una mujer apocada.
Martirio: Es la cuarta hija de Bernarda. De 24 años. Podemos ver por lo que se expresa, que está más animada desde que llegó el médico nuevo. Para la Poncia es la peor de todas ellas, un pozo de veneno. Piensa que tiene opciones de conseguir a Pepe el Romano y odia a Adela, porque piensa que es su verdadera rival. Tiene muchos celos y envidia de su hermana menor.
Existen otros personajes de más mujeres, pero con papel secundario y sin que tengan mucho relieve, como puede ser otra criada, mujeres de luto que acompañan a las protagonistas tras el entierro, o la mendiga.
Tenemos que fijarnos en el color blanco en cada unos de los actos (pues va cambiando). En el acto primero se expone al comienzo:
“Habitación blanquísima del interior de la casa de Bernarda. Muros gruesos. Puertas en arco con cortinas de yute rematadas con madroños y volantes. Sillas de anea. Cuadros con paisajes inverosímiles de ninfas o reyes de leyenda. Es verano. Un gran silencio umbroso se extiende por la escena. Al levantarse el telón está la escena sola. Se oyen doblar las campanas”.
En el segundo acto, vemos que ya no expresa blanquísima, sino blanca:
“Habitación blanca del interior de la casa de Bernarda, las puertas de la izquierda dan a los dormitorios. Las hijas de Bernarda están sentadas en sillas bajas, cosiendo. Magdalena borda. Con ellas está la Poncia”.
En el acto tercero, vemos que habla de paredes blancas ligeramente azuladas :
“Cuatro paredes blancas ligeramente azuladas del patio interior de la casa de Bernarda. Es de noche. El decorado ha de ser de una perfecta simplicidad. Las puertas, iluminadas por la luz de los interiores, dan un tenue fulgor a la escena. En el centro, una mesa con un quinqué, donde están comiendo Bernarda y sus hijas. La Poncia las sirve. Prudencia está sentada aparte”.
La acción transcurre durante un verano, muy caluroso, complemento idóneo de un ambiente opresivo y claustrofóbico. Los hechos ocurren en varias estancias del interior de la vivienda, como podemos ver, que es el único espacio en el que se desarrolla la trama. El color de las distintas estancias, donde se desenvuelve la acción de cada uno de los actos, está íntimamente ligado al momento del drama que viven los personajes. Las “paredes blancas ligeramente azuladas” aparecen cuando la honra, desde la perspectiva de la moral imperante, se ha perdido. El verde del vestido que se pone Adela representa la esperanza. El bastón de Bernarda es el símbolo de su autoritarismo.
¿Cómo es el estilo?
Hay una mezcla de lo popular y lo culto en el texto. Abundan las figuras literarias, como metáforas, símiles, onomatopeyas. Existen algunas palabras que tienen múltiples significados que las convierten en símbolos, como vemos en los colores, como el verde que denota la rebeldía de Adela y su esperanza. La luna y las estrellas remiten al deseo de libertad de ella.
La Poncia es uno de los personajes con un lenguaje más variado y rico, lleno de expresiones populares y vulgarismos, mientras que Bernarda tiene intervenciones secas, cortantes, muy ágiles. Podemos ver cómo Bernarda usa muchas formas verbales con valor de mandato.
“La casa de Bernarda Alba” forma parte de un tipo de teatro innovador, alejado del comercial y burgués que se usaba en esos tiempos, y lejos también de la línea costumbrista y cómica o del teatro en verso.
Aparte de representar las obras de Lorca, en varias ocasiones Margarida también recita poemas de él, como hizo una vez en el festival organizado por el Ateneo Enciclopédico Popular. Para esa ocasión, recitó el poema de Lorca “Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías” y como la aplaudieron tanto, siguió con el poema “Monja gitana” perteneciente al “Romancero”.
Como hemos podido ver, Margarida Xirgu Subirá, fue una actriz y directora teatral española que dio a conocer las obras de muchos escritores importantes y que estaba muy vinculada a Lorca. Estuvo exiliada durante la dictadura franquista, tomando por ello la nacionalidad uruguaya. Ella esperaba que se terminara la dictadura franquista para volver. Murió antes de que se produjera ese hecho, ya que falleció el 25 de abril de 1969. En 1988, la Generalitat de Catalunya, reclamó la repatriación de sus restos mortales, que ahora descansan en su lugar de nacimiento.
Espero que este artículo sirva para que podáis conocer un poco más a Margarida Xirgu y su importante aportación a la Cultura.
Juana María Fernández Llobera
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