LA SUTILEZA FEMINISTA
Texto: M. Palou-Bosch
Imagen: Getty Images, SIN TITULO, Cosmopolitan, 23/02/2022
El malestar de la mujer tiene ya una antigua historia. En el poema IV (ct 4:15-5:) del CANTAR DE LOS CANTARES (1) la esposa dice: “Me han encontrado los guardias que vigilan la villa, me han golpeado y me han dañado […]”. En aquellos tiempos antiguos la mujer no podía ir sola de noche por la ciudad. Y en el poema V (ct 7:10-8:5), la protagonista manifiesta que “Ojalá fuera”, su amante, uno de sus hermanos; así, al menos, podría besarle en plena calle y no contener sus emociones de cariño, “sin que nadie” reprochase su conducta. Y, de esta forma, le podría dejar “entrar en la casa de” su “madre”, y le “daría de beber vino perfumado”. Pero eso no era posible en aquellas épocas, pues el amor debía respetar unas normas, tanto sociales como legales, limitando los deseos de las amantes. El amor debía ser aprobado por la familia para ser aceptado; si no, resultaba una relación perversa, prohibida, recriminada a toda mujer. Tal vez, el amor actual, tan perdido entre los humanos, tan vapuleado, tan abstracto, tan difícil de desarrollarse sea por lo mal que ha sido tratado por las anteriores civilizaciones, tanto las que han ya fenecido como las que han perdurado hasta nuestros días.
El propio feminismo, como tal movimiento, parece que empieza con Olympe de Gouges, que en 1791 escribe DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DE LA MUJER Y LA CIUDADANA, artículo que le costó la guillotina en 1793. Según Estelle B. Freedman (2) tendríamos tres etapas en este movimiento social: la primera sería la reivindicación político-legislativa, justo después de la Revolución Francesa; la segunda etapa denuncia el patriarcado; y la tercera amplía el concepto de feminismo, manifestando una variedad de opiniones, a veces contradictorias; y, otras, introduciéndose en nuevas definiciones del género humano con poca argumentación que destruyen todos los esfuerzos intelectuales realizados por las primeras luchadoras. También hay que considerar que las geografías, con sus particulares culturas, hacen que el feminismo no se pueda producir de la misma manera en todos los países. Por ejemplo, algunos estudios antropológicos descubrieron una tribu en la que el hombre se dedicaba a las tareas domésticas y la mujer a las labores recolectoras y agrícolas. Único caso, pero que rompe con la teoría unificada de la separación por sexo de las tareas, responsabilidades y administración familiar.
Carmen Martín Gaite (Salamanca, 08/12/1925; Madrid, 23/07/2000) definía la idea de feminismo de la siguiente manera: “No hago diferenciaciones entre los sexos de los escritores. Por otra parte, leo muy poco y apenas sí puedo hablar de las mujeres escritoras. Me parece, el escribir, un trabajo mucho más normal para la mujer que trabajar en unos talleres mecánicos” (PUEBLO, 04/01/1958). Laura Rivas (3) dice al respecto que “la igualdad en el reparto del cuidado de la casa y el cuidado de familiares dependientes –que sigue siendo una reclamación […] del movimiento feminista; porque […] las mujeres seguimos cargando con la mayor parte de los cuidados— siempre ha ido en contra de las mujeres. Y, como vemos, Martín Gaite tampoco fue una excepción”. Así, cuando la célebre autora recibe el premio Nadal de 1957, ABC publica un reportaje sobre la premiada con fotos en delantal y cocinando; también aparece hablando por teléfono con su hija en brazos. Según Rivas (3), “el mensaje de [los] periódicos [de entonces] a los españoles es claro: Martín Gaite será escritora, pero es muy ama de casa y muy madre”, no fuera cosa que todas las españolas se pusieran a estudiar y, o, a escribir (o sea, a pensar demasiado). Por ello, en el famoso ABC, se decía que “las tareas del hogar le dejan a Carmen […] poco tiempo para escribir”. Asimismo, el medio de prensa añadía: “Carmen […] está un poco cansada, y es lógico que así sea: conferencias, llamadas, visitas, la casa…y todo sin descuidar a la niña”. En la revista BLANCO Y NEGRO la escritora manifestaba: “desde las ocho de la mañana
hasta las ocho de la tarde, me dedico al hogar; de ocho a las doce de la noche, escribo”. Y matizaba, además: “Mi vida de mujer y de escritora es simple […]”, a partir de las “ocho y media de la mañana” hasta las veinte horas, que acostaba a su hija, se dedicaba “a la casa, a mi marido y a la niña”. Recordemos que su esposo, Rafael Sánchez Ferlosio, también escritor (trabajaba en casa), fue de pluma altamente premiada, aunque en absoluto cuidaba de la niña ni de la casa.
El 6 de abril de 1981, Carmen es entrevistada por Joaquín Soler Serrano (TVE, “A fondo”) y ahí manifiesta también su punto de vista sobre el movimiento feminista. Declaraba que el feminismo estaba enfrascado con hostilidad al macho; que observaba excesivos desenfoques; que parecían, “los picados por el feminismo” como si quisieran imitar los defectos que criticaban en el varón. Por tanto, no se consideraba como parte del movimiento. Laura Rivas (3) define a Martín Gaite como “una feminista de corazón y obra”, sin que entre en cuestiones sociopolíticas. Supongo que podríamos convenir en que, desde la humildad, la escritora resulta una feminista sutil, una defensora del respeto a la señora, a la dama, a la hermana, a la hija, a la joven, a la esposa, a la amiga, a la señorita, a la consorte…a la mujer. Aunque, en la práctica, ella fuese una fémina que tuvo que lidiar con la feminidad impuesta por su tiempo, y en una Salamanca muy primitiva socialmente hablando. Porque, Carmen, fue ama de casa y tuvo que compartir este hecho con el suyo propio de crítica literaria, de traductora, de escritora. Algo que, hoy en día, a pesar de haberse incorporado plenamente la mujer en el trabajo, ésta sigue cargando, en general, con las responsabilidades de la casa. O sea, tal vez, el tal avance de igualdad no se haya todavía dado.
Carmen Martín Gaite consiguió escribir siete ensayos, once novelas, cuatro relatos, cuatro poemarios, cinco novelas cortas y cinco obras de otros géneros. En los ensayos se encuentra su tesis doctoral: USOS AMOROSOS DEL DIECIOCHO EN ESPAÑA. La tesis fue presentada ante el tribunal académico el 11 de julio de 1972. La obra se publicó enseguida al año siguiente. También participó en guiones de televisión (TVE, 1982 y 1989). Sus letras se encuadran dentro de la denominada Generación literaria del 55 (círculo literario) o también Generación de Posguerra. Asimismo, llegó a obtener doce premios.
Valga este artículo de recuerdo como homenaje a una mujer, hija, esposa y madre, ama de casa y literata.
Muchas gracias.
(1) Publicaciones Abadía Monserrat, LA BIBLIA, 2009 (8ª edición).
(2) NO TURNING BLACK: THE HISTORY OF FEMINISME AND THE FUTURE OF WOMEN. Ballantine Books, 2003, N.York.
(3) Rivas Arranz, Laura, “Carmen Martín Gaite y el feminismo, mujer y literata” (www.laurarivasarranz.com), 08/03/2024.
Esta web se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier contenido generado en los espacios de participación en caso de que los mensajes incluyan insultos, mensajes racistas, sexistas... Tampoco se permitirán los ataques personales ni los comentarios que insistan en boicotear la labor informativa de la web, ni todos aquellos mensajes no relacionados con la noticia que se esté comentando. De no respetarse estas mínimas normas de participación este medio se verá obligado a prescindir de este foro, lamentándolo sinceramente por todos cuantos intervienen y hacen en todo momento un uso absolutamente cívico y respetuoso de la libertad de expresión.
No hay opiniones. Sé el primero en escribir.