LAS LETRAS DE CARMEN

Viahipatia.es

Sección literaria

(HIPATIA, C.I.)

LAS LETRAS DE CARMEN

Texto: M.Palou-Bosch

Imagen: Juana Mª Fernández LLobera

Otra de las escritoras que no hay que olvidar, en nuestra antología de mujeres literatas, que desde VIAHIPATIA queremos difundir, es Carmen Conde Abellán, nacida en Cartagena en el verano de 1907, el 15 de agosto, y fallecida en Madrid en el invierno de 1996, el 8 de enero; un verano lleno de luz mediterránea la trajo, y un invierno frío en Majadahonda se la llevó. Tenía 88 años cuando dejaba el mundo, al que siempre definió, comentó y describió a través de sus humildes letras (1).

Llegó a escribir 49 obras de estilo lírico, según los catálogos difundidos, 34 obras de teatro, de las cuales 28 eran para el público infantil y juvenil. Asimismo, se le atribuyen también 21 cuentos; y, aparte, se le catalogan dos obras no clasificadas en los géneros anteriores: POESÍA DE JÓVENES ESPAÑOLES (1997) y ONCE GRANDES POETÍSAS AMÉRICO-HISPANAS (1967).

A SUS 77 años ingresó en la Real Academia de la Lengua Española (1). Era la primera mujer que ingresaba en dicha institución. Los analistas consideran a Carmen una escritora perteneciente al movimiento literario de la Generación del 27.

En los años cuarenta, en la posguerra española, Carmen utilizaría dos seudónimos: Magdalena Noguera, para sus obras de fondo religioso, y Florentina del Mar, para obras infantiles. Se dice también que utilizaría otros seudónimos, según el tipo de obra. Aparte de las letras, a partir de 1944, nuestra autora trabajó en Radio Nacional de España durante siete años (2), dejando este medio de comunicación a sus 44 años.

Una referencia epistolar, entre Conde y Ernestina de Champourcin (3), nos indica que ambas participaban de unas mismas fuentes literarias: Juan Ramón Jiménez, Gabriel Miró, Santa Teresa de Jesús y Fray Luis de León (4).

Carmen llegó a obtener ocho premios: novela, en 1953; poesía (1954) y teatro infantil (1961); otro de poesía (1967); de periodismo (1979); otro de novela en 1980; de literatura juvenil en 1987; y fue premiada en 1979 por el Centro Cultural Italiano (Premio Adelaida Ristori). Asimismo, en 2018 dos colectivos de mujeres, la asociación Herstóricas (5): Historia, Mujeres y Género (6) y la asociación Autoras de Cómic, diseñaron un juego educativo que constituía en una baraja de cartas en las cuales aparecían las figuras únicamente de mujeres que habían destacado en las letras, artes y ciencias, y no habían sido suficientemente consideradas, o nada consideradas. El proyecto intentaba rememorar la participación de la fémina en la historia, así como manifestar la necesidad de una visión femenina del mundo. En una de estas cartas aparecía Carmen Conde, como reconocimiento a su actividad literaria.

Por otra parte, otro reconocimiento a la autora se hizo en 2020, cuando la cantante y compositora Sheila Blanco, en su disco CANTANDO A LOS POETAS DEL 27, incluye un poema de Carmen: “En tierra de nadie” (7).

Parece claro que Conde necesita escribir para vivir. Y admite cualquier recurso, cualquier género y estilo, mientras éstos puedan manifestar sus ilusiones, sus anhelos, sus desgracias o sus angustias. La literatura, de hecho, está para eso desde que alguien empezó a escribir; está para transformar las complejas emociones del ser humano en algo comprensible (y hasta en algo bello). Y, sobre todo, provocar el necesario sosiego del alma, tanto del emisor como del receptor. ¡Cuántos poemas han pacificado las turbaciones de los corazones tristes! Igual que alguna música, que ha apaciguado las almas tribuladas.

Las fuentes que analizan la obra de Conde nos hablan de lirismo encantador, refrescante del ánimo; pero también nos encontramos con la soledad y el aislamiento. En DERRIBADO ARCÁNGEL (1960) la autora imagina a lucifer como elemento perturbador. En otras obras observará también las desgracias, cuasi inevitables, del mundo en el que vive, la situación de un animal humano perdido en sus propios anhelos y ambiciones. Aquí surge la protesta y su crítica social: A ESTE LADO DE LA ETERNIDAD (1970). En su obra CORROSIÓN (1975) observa el desconsuelo de vivir; la escribe justo después de haber visitado Nueva York, ciudad moderna y avanzada, repleta de riquezas y suntuosidad, pero, a la vez, llena también de miseria e insensibilidad humana.

Cada obra de Conde está muy cerca de cada una de sus experiencias. De hecho, casi cada uno de sus trabajos suele surgir después de una historia vivida: a sus quince años, cuando empieza a conocer el mundo adulto, nos encontraremos con EMPEZANDO LA VIDA (1923); cuando formaliza su relación amorosa con Antonio Oliver, otro poeta, en 1927, publica un año después LEY: ENTREGAS DE CAPRICHO; cuando en 1931, junto a su esposo, crea la Universidad Popular de Cartagena, escribe sobre pedagogía (POR LA ESCUELA RENOVADA); cuando ya se encuentra mayor y observa la muerte cerca, escribirá LA NOCHE OSCURA DEL CUERPO (1980); cuando viaja a China (1987), edita sus últimos poemas (HERMOSOS DÍAS EN CHINA); cuando se produce su relación amorosa con Amanda Junquera, rompiendo la tradicional relación heterosexual, escribirá ANSIA DE GRACIA y MUJER SIN EDÉN (8).

A veces me pregunto si hay que sufrir tanto para escribir literatura; o, por el contrario, todos sufrimos y sólo algunos tienen la suerte de acercarse a la escritura para aflorar así sus sentimientos, dejando que el viento se lleve todo incomodo pensamiento.

(1) www.cervantesvirtual.com (2) www.letra15.es

(3) Vitoria-Gasteiz, 1905, y Madrid, 1999; perteneciente también a la Generación del 27, exiliada a México a raíz de la Guerra Civil Española.

(4) EPISTOLARIO (1927-1995). Edit. Castalia, Madrid. ISBN: 978-84-9740-235-4.

(5) Parece de la combinación del vocablo inglés “hers” (posesivo femenino: de ella, de ellas), por lo que “hers-tórico” podría significar la “historia de ellas”. (6) https://herstoricas.com/proyecto/ (7) www.laverdad.es (LA VERDAD, Murcia 2024)

(8) Según señalará Ramón Guerra de la Vega en MUJERES DE LA II REPUBLICA (ISBN: 978.848.824.1341), 2013.