ODAS A LOS INOCENTES

ODAS A LOS INOCENTES

Fuentes:

1) Ferrer, Jordi/Cañuelo, Susana. “La poesía posterior al modernismo”, HISTORIA DE LA LITERATURA UNIVERAL, Col.Luxor, Edit. Optima, marzo 2022, Barcelona (pág.286-287); 2) Fernández, Tomás/Tamaro, Elena. “Biografía de Gabriela; Mistral”. BIOGRAFIAS Y VIDAS. LA ENCICLOPEDIA EN LINEA (www.biografiasyvidas.com). 08/08/2024; 3) Rivas, Francisca. “Las 25 comunas más pequeñas del país y las 25 más grandes”. BIBIOCHILE.CL (www.,bibiochile.cl), 2016; 4) “Cronología de Gabriela Mistral”. BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES (www.cervatesvirtual.com). Consulta: 18/08/2024; 5) “Gabriela Mistral (1889-1957), MEMORIA CHILENA (BIBLIOTECA NACIONAL DE CHILE): www.memoriachilena.gob.cl.

Imagen:

Casa escuela rural de Montegrande, hoy museo. (WIKIPEDIA.ORG)

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Lucila de María Godoy Alcayaga (07/04/1889) nace en la comuna de Vicuña, fundada en 1821 por Joaquín Vicuña, bautizada al principio como Villa de San Isidro, aunque el destino quiso que se la denominara Villa de San Isidro de Vicuña, quedando definitivamente con el nombre de Vicuña. El 11 de mayo de 1872 conseguía el título de ciudad (3).

Pero Lucila, con diez días recién cumplidos, se dirige hacia La Unión, localidad perteneciente a la comuna (municipio) de Paihuano. Allí vivirá parte de su infancia. A sus tres años, sus padres se dirigen hacia Montegrande, población también de Paihuano, debido a que su padre, maestro de escuela, las abandona. Con ellas vivirá su hermanastra, Emelina Molina Alcayaga, quien la irá introduciendo en el mundo de la enseñanza; no en vano, en 1891, Emelina era nombrada ayudante de la Escuela de Niños de Paihuano.

En Montegrande permanecerá hasta los nueve años. En esta tierra fue en que asentó su espíritu. De hecho, cuando las molestas deidades de la parca cortejaban su alma, Lucila indicó a los cercanos que la sepultaran en Montegrande, donde su sensibilidad, su razón y su sentimiento habían nacido; donde su corazón estaba arraigado.

Autodidacta, debido a su situación social que la impidió acercarse a la universidad, se formó en la educación y enseñanza infantil por auténtica vocación (y con la valiosa ayuda de su media hermana), logrando a ser asesora del gobierno de México; incluso, llegó a dar clases de lengua española en la Universidad de Chile (3). Se preocupó por la mujer “en América Latina” (2), por los indígenas del país (2), por la educación en general de todos los “pueblos americanos” (2); y tuvo una especial sensibilidad por la “dignidad y condición social de los niños” (2). También se interesó por “la religiosidad” (2), no desde un punto de vista institucional o dogmático-teológico, sino más bien espiritual o místico, en tanto en cuanto le resultaba un elemento de inspiración, control y sosiego del alma (2). De hecho, llegó a definirse como una cristiana socialista. Por otra parte, le preocupó la mujer madre. Esta persona que debe encargarse de la administración de la casa, a veces trabajar también en el campo, y cuidar al mismo tiempo de la prole. Asimismo, esta clase de mujer, en la cultura de entonces, actuaba muchas veces como criada del esposo. En este tipo de escenas, Godoy era muy crítica, manifestando sus opiniones con vehemencia.

Una “experiencia traumática amorosa” (1) la dejó marcada para siempre. “Su amante, que debía casarse con otra mujer [por compromisos familiares], se suicidó antes de la boda” (1). “Este suceso se convirtió […] en un elemento reiterativo en toda su poesía, a la que dio un tono especial y triste”, según indica nuestra fuente (1). Este sentimiento de “vacío” (1) puede que fuese sustituido por el amor hacia los más débiles: a los niños, a través de la educación; a los humildes, comprendiendo sus situaciones de precariedad y fragilidad; a los pueblos

hispanoamericanos, por la falta de consideración de las autoridades, por las penurias campesinas, por la libertad de la mujer (por su “maternidad frustrada”) …

En 1922 publica DESOLACIÓN, primera obra, en la que manifiesta todas estas preocupaciones sociales. En otra de sus obras, TERNURA, se observa un gran poemario dedicado a los infantes de aquellas tierras, criaturas olvidadas por la civilización, abandonadas en las duras estepas de las laderas andinas.

Será en 1908 cuando nacerá, después de publicar en varios periódicos con distintos seudónimos, Gabriela Mistral, por su atracción hacia los escritores Gabriele d’Annunzio (1863-1938) y Frédéric Mistral (1830-1914). Su firma salía en la edición del día 23 de julio, en el periódico EL QUILOMBO, con su artículo poético “Del pasado” (4).

Según indica los autores Ferrer y Cañuelo (1), podría ser que nuestro personaje se viera “atrapada en dos mundos totalmente dispares. Fue una mujer educada en el siglo XIX que vivió en el mundo moderno del XX”. Efectivamente, aunque los nacidos en el XX hemos visto también muchos y rápidos cambios entre este último y el XXI, los que hubo a partir de finales del XIX y hasta la Segunda Gran Guerra, fueron enormemente complicados y difíciles de asimilar. En definitiva, nadie está preparado para los cambios de la civilización contemporánea. Esta va mucho más deprisa que la capacidad de asimilación del individuo normal. Y mucho peor para los que nacen con ciertas sensibilidades contemplativas, observadoras de una naturaleza a la que temen dañar, transformar, modificar, corromper.

Su primera obra aparece en 1914, en los Juegos Florales de Chile. Este trabajo había surgido a raíz del suicidio de su amante, al que había conocido ocho años antes. Presenta SONETOS E LA MUERTE. Se le concede “La flor natural”, “Medalla de oro” y “Corona de laurel” (2).

En 1922, el Instituto Hispano de Nueva York le edita DESOLACIÓN (incluye los SONETOS DE LA MUERTE). Este mismo año, México requiere a la autora para que asesore sobre el proyecto reformador de la educación mexicana. También le pedirán ayuda para que organice las bibliotecas del país. Estando en esta tierra, publicará RONDAS DE NIÑOS (1923) y LECTURAS DE MUJERES (1924). Al acabar sus tareas en México se dirigió a Europa y luego a Estados Unidos (2).

En 1926 es nombrada secretaria del Instituto de Cooperación de la joven Sociedad de Naciones, creada después de la Primera Gran Guerra. En este año fue redactora de la revista TIEMPO (Bogotá). (2)

En 1930 realiza una serie de conferencia en Estados Unidos. Seguirá con sus artículos, pero no será hasta 1954 que da a luz LAGAR. En esta obra manifiesta ampliamente sus sentimientos, tanto íntimos como sociales: “muertes, tristezas, pérdidas y sentimiento”, “resignación cristiana” [paradigma psicológico] y encuentros con la naturaleza [visión panteísta]” (2). El principio de la filosofía cristiana le servirá para mantener su equilibrio anímico; y el arquetipo socialista le servirá para pensar en la estructura de la organización social.

En 1945 la Academia Sueca le concede el Premio Nobel a la literatura hispanoamericana. Ya, “a finales de la década de 1930, círculos literarios de distintos países comenzaron a promover a Gabriela Mistral para el Premio Nobel de Literatura” (5). Tanto Pedro Aguirre Cerda como Adelaida Velasco Galdós “mostraron interés en respaldar su candidatura promoviendo la traducción de sus obras” (5).

En 1957, aparece RECADOS: CONTANDO A CHILE. Este mismo año, la gran poeta, diplomática y educadora fallece. En 1965 se edita MOTIVOS DE SAN FRANCISCO (“cantos y textos […] dedicados a S. Francisco de Asís”). Dos años después se publicará POEMA DE CHILE (geografía, naturaleza y población de Chile). En 1970 saldrá POESÍAS COMPLETAS. Ocho años después publican CARTAS DE AMOR DE GABRIELA MISTRAL. Y en 1982 se puede leer MAGISTERIO Y NIÑO.

Como siempre digo, debe existir un gran sentimiento, y en consecuencia una importante carga de sensibilidad, para transformar la crudeza de la vida en un poema. Gabriela observó y vivió el sufrimiento de los inocentes, de los débiles, de los olvidados. Y a ellos les dedicó sus composiciones, su lírico verso.

Muchas gracias.

HIPATIA, C.I.

Sección Literaria

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